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María Pía López en el Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares

La reconocida socióloga protagonizó la tercera jornada del Encuentro Nacional.

En la tercera jornada del Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares, María Pía López participó de la mesa: “Revisando los anaqueles: las bibliotecas con perspectiva de género”.

La charla comenzó con un agradecimiento a “Conabip y a quienes dedican su esfuerzo a sostener bibliotecas, porque en cada uno de esos gestos ponemos en juego imágenes respecto al tipo de sociedad en la que deseamos vivir”. 

Inmediatamente después, María Pía López reflexionó acerca de qué es un canon y cómo se construye: “No se produce azarosamente sino que resulta de un conjunto de relaciones, que son relaciones de poder, que estructuran criterios valorativos y donde se expresan jerarquías de clase, de género”. Y advirtió: “El problema es pensar que ese canon representa una totalidad. En general llamamos universalidad a una parcialidad que no se presenta como tal y tiene por tanto una perspectiva, de clase, de genero y de raza que no es pensada como tal”.

En relación con esta idea, reflexionó acerca de las políticas de género y la necesidad de “ampliar nuestros acervos teniendo en cuenta esa multiplicidad, y no según condiciones de mercado”. “Pensar esa ampliación implica revisar cómo se constituyen los criterios de gusto, nuestra sensibilidad como lectores y lectoras”, agregó. E hizo hincapié en la necesidad de “procurar diversidad de autorías, con trayectorias disimiles en términos de clase, territorialidad, dialecto y de género, en términos no binarios”.

Al respecto señaló la emergencia de un conjunto de notables escritoras (Mariana Enríquez, Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara, Samanta Schweblin, e incluso una escritora trans como Camila Sosa Villada), lo cual demuestra, no que no haya habido antes buenas escritoras mujeres sino “que se transformó el campo de visibilidad, y se fueron produciendo también nuevos públicos, jóvenes lectoras que quieren leer a escritoras mujeres o trans”.

Y enfatizó que las políticas públicas deben girar en torno a “la búsqueda de construcción de nuevas y nuevos lectores; para nuevos lenguajes que no sean los dominantes”. “Desde las políticas públicas tenemos que tensionar la frontera que nos traza el mercado, viendo qué queda afuera”, agregó.

Entonces, María Pía López volvió a la idea que da título a la charla, la idea de “revisar los anaqueles” para revisar el pasado y construir una “genealogía hospitalaria de las diferencias, que haga justicia hacia ciertos olvidos”: las escritoras silenciadas, las osadas, las escritoras maricas. Y destacó la importancia de pensar “en qué condiciones efectivas y reales escribieron nuestras antecesoras, un campo atravesado por la lógica patriarcal”.

En ese sentido, construir una biblioteca, una narración histórica es construir algo del orden de la justicia; cuando pensamos que libro elegir y poner en circulación, sobre eso pesa la pregunta de la justicia”, concluyó Pía López.

Cuando llegó el momento de las preguntas del público, la invitada dijo: “Las bibliotecas populares tienen la posibilidad de tener a mano escritoras y escritores que hacen una diferencia, que salen de las tramas centrales de la producción”.

Consultada por la revisión de los clásicos, la ensayista dijo que no se sentía cómoda con las revisiones que terminan siendo sancionatorias, sino que considera más interesante analizar qué se puede agregar a los estantes de los clásicos, cómo ampliar esas lecturas.

Con respecto a un tema en auge hoy en día, las revisiones de la literatura infantil clásica (princesas / antiprincesas), María Pía López señaló que “no abandonaría La bella durmiente o Blancanieves, porque coexisten con otras imágenes que están muy accesibles para les niñes hoy en día”. Y agregó: “He visto niñas que quieren el disfraz de princesa y también quieren vestirse de Juana Azurduy. Sobre eso no está bueno construir una doxa obligatoria; es más interesante provocar múltiples situaciones.” 

La última pregunta fue sobre la creación de un rincón con perspectiva de género, tal como sucede con los rincones infantiles. Ante lo cual la autora, haciendo alusión al célebre Un cuarto propio, de Virginia Wolf, señaló que lo mejor tal vez sea disolver ese “rincón”, “porque el rincón a veces es muy confortable y al mismo tiempo encierra. Si tenemos la intención de modificar con perspectiva de género las bibliotecas, no las encerremos, sino tratemos de que eso afecte los criterios de clasificación que usamos para todo. Eso sería el salto más osado que podríamos dar”.

Al terminar, la ensayista dejó algunas recomendaciones de lecturas de autoras de América Latina, aunque aclaró que siempre esos recortes son parciales y hay muchísimas más: Diamela Eltit; Julieta Kirkwood; Alejandra Castillo; Camila Sosa Villada; María Moreno; Claudia Masin; Silvina y Victoria Ocampo; Magda Portal; Elena Poniatowska, y Clarice Lispector.

Para más información accedé al programa desde acá. 

Mirá la tercera jornada del Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares acá

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