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“Los bibliotecarixs abren las puertas a la lectura, la imaginación y al conocimiento”

En el Día del Bibliotecario y la Bibliotecaria, la presidenta de la CONABIP destaca el trabajo fundamental que realizan las Bibliotecas Populares en todo el país.

El 13 de septiembre de 1810 se creó la primera biblioteca pública de Buenos Aires por una resolución de la Primera Junta, a instancias de una iniciativa de Mariano Moreno, uno de los secretarios del gobierno. En conmemoración de esa fecha hoy se celebra el Día del Bibliotecario y la Bibliotecaria. Para profundizar en el tema, charlamos con la presidenta de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), María del Carmen Bianchi, experta en la materia.

Bianchi, que estuvo al frente de la CONABIP entre 2003 y 2011, y ahora está otra vez en el cargo desde principios de 2020, dice que conmemorar el Día del Bibliotecario y la Bibliotecaria es “celebrar una función claramente ligada al amor y el compromiso”. Además, cuenta que durante la pandemia, las Bibliotecas Populares siguieron desarrollando sus servicios a partir de una readecuación de la atención y que en muchos casos se incorporaron “modalidades híbridas que entrelazan lo analógico con lo virtual y digital”. Y destaca que las Bibliotecas Populares incorporaron la perspectiva de género en 2004. “Desde entonces, las Bibliotecas Populares se han ido formando y desarrollando proyectos de difusión, sensibilización y concientización en materia de género y diversidad en cada rincón del país”, explica.

-¿Cuál es la importancia de celebrar el Día del Bibliotecario y la Bibliotecaria?

-Se trata justamente de celebrar y destacar el rol incansable y valioso que cumplen las bibliotecarias y bibliotecarios, profesionales e indóneos/as en cada rincón de nuestro país, abriendo las puertas a la lectura, a la imaginación, al conocimiento, a las oportunidades. Creando las ocasiones, como dice Graciela Montes, las escenas propicias para el placer y el desafío de leer… que es también leer lo propio, el propio mundo, la particularidad y a su vez, la alteridad, lo diverso, lo que nos incomoda, lo que nos desborda, lo que nos fuerza a la reflexividad. Y creando ocasiones también para la pertenencia, para el encuentro con otros y otras, para la mirada que contiene y que recibe, que da la bienvenida a aquel que llega con sus problemas y sus necesidades a la biblioteca. Es celebrar una función claramente ligada al amor y el compromiso.

-La acepción tradicional de bibliotecario/a se refiere a la persona que cuida y organiza el funcionamiento de la biblioteca, después se le suma el rol de mediadores de la lectura. ¿En qué se diferencian y en qué se asemejan estos conceptos a la labor que hacen los bibliotecarios de las Bibliotecas Populares?

-Yo creo que estas funciones que llamamos tradicionales están muy presentes también en las/los bibliotecarias/os, dirigentes, idóneos y gestores de la información que día a día habitan las Bibliotecas Populares. Tanto la gestión de la información desde el punto de vista técnico y profesional, como la promoción de la lectura son procesos y rasgos esenciales al trabajo en el ámbito de las Bibliotecas Populares.

Pero a partir de aquello que las hace distintivas, como es su rol y compromiso social, esas funciones que cumplen los bibliotecarios y bibliotecarias todos los días, se vinculan necesariamente a procesos de construcción y acceso al conocimiento desde una perspectiva de la inclusión, la promoción de derechos y el respeto a las diversidades.

En este sentido, yo creo que en gran medida la misión institucional y labor de las bibliotecas y sus trabajadores/as se encuentran íntimamente vinculadas o entrelazadas a los distintos intereses, identidades y pautas culturales de cada comunidad de inserción. Creo que las bibliotecarias y bibliotecarios en general y las/los pertenecientes a las Bibliotecas Populares en particular, tienen un importante y renovado rol que cumplir en los procesos de inclusión y promoción antes mencionados.

-¿Qué cambios hubo en las Bibliotecas Populares durante la pandemia? 

-El primer señalamiento que puede hacerse es que, a pesar de las restricciones para el despliegue de las actividades culturales, desde los inicios de la pandemia las Bibliotecas Populares siguieron desarrollando sus servicios, a través de distintos procesos de readecuación que tuvieron como objetivo dar una respuesta inmediata a las necesidades y demandas que cada una de sus comunidades les presentaban. A través de muchas actividades y modalidades virtuosas (con eje en la virtualidad) rotuladas por la CONABIP como Experiencias en Tiempos de Pandemia, estas instituciones han sabido transitar varios de los desafíos que imponía la situación de crisis epidemiológica. En relación con lo anterior, pero en el actual contexto de reapertura de los servicios, una segunda cuestión a destacar es que gran parte de estas modalidades de atención al público y de promoción cultural ya se están incorporando de manera permanente en las Bibliotecas Populares.

Con la previsión respecto de la heterogeneidad y particularidades de cada institución, puede visualizarse que se han incorporado modalidades híbridas que entrelazan lo analógico con lo virtual y digital, en función de continuar acompañando a la comunidad pero principalmente con el propósito de profundizar el vínculo con grupos etarios como lxs niñxs y lxs jóvenes, que demandan nuevas perspectivas y horizontes comunicacionales y culturales.

-Su formación académica es la carrera de Psicología, pero hace desde 2003 y 2011 y desde principios de 2020 hasta la actualidad, está al frente de la CONABIP, ¿se siente un poco bibliotecaria también?

-Creo que en un sentido me siento muy consustanciada con el rol que cumplen las bibliotecarias, bibliotecarios y trabajadores en las Bibliotecas Populares, en tanto que esto implica tener que gestionar siempre desde la diversidad y desde una dinámica colaborativa; a través de una perspectiva amplia y compleja de lo cultural, lo social; no solo de los aspectos técnicos vinculados tradicionalmente a la labor bibliotecaria que antes mencionamos.Promover y fortalecer el desarrollo de las Bibliotecas Populares y sus trabajadores implica necesariamente tener que asumir una visión si se quiere holística, en donde las necesidades y demandas de la comunidad llegan de modo más o menos directo a nuestras consideraciones y toma de decisiones. Yo creo que este es el gran desafío desde una mirada federal de la gestión, encontrar y respetar la singularidad de cada bibliotecario/a, de cada biblioteca, en la universalidad de políticas públicas culturales.

-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

-Por mi formación y mis ideas, soy una defensora histórica del rol promotor y articulador que el Estado debe tener frente a la sociedad civil. Siempre creí que las políticas públicas, más allá de lo temas y problemáticas propios de cada contexto histórico, tienen que lograr una articulación permanente con las necesidades y las demandas de la ciudadanía y las distintas instituciones y organizaciones sociales. Cuando asumí en 2003 la presidencia de la CONABIP, encontré un ámbito propicio en donde poder plasmar gran parte de estas concepciones.

 

-En agosto último, junto al ministro Tristán Bauer, presentó edición 2021 del programa Libro %, ¿cuáles son las expectativas al respecto?

-Las expectativas para esta edición del Programa Libro % son muchas. Más allá de la gratificación que nos genera darle continuidad a esta política de promoción del libro y la lectura, la experiencia del año pasado en un contexto tan complejo le dejó a las Bibliotecas Populares  y a la CONABIP una serie de aprendizajes muy valiosos que marcan un rumbo para la gestión. Nos propusimos la meta de mejorar los mecanismos virtuales y a distancia de selección, compra y distribución de material bibliográfico en formato tradicional y digital. Además, se realizaron acciones tendientes a fortalecer el rol de promoción de la lectura y atención a la demanda de usuarios y usuarias, brindando herramientas para que los materiales a adquirir sean de la mayor calidad. Esto se realizó con los ciclos de Recorridos Lectores protagonizados por grandes escritores, escritoras y referentes de la cultura; acciones de formación brindadas por prestigiosas universidades en formación literaria y promoción de la lectura y también posibilitando los intercambios de experiencias y recomendaciones lectoras entre las propias bibliotecas populares.

-El movimiento de mujeres en Argentina tiene hoy un rol preponderante, con logros como la ley de IVE, pero también habilitando la reflexión y cuestionando el lugar subalterno que ocupan las mujeres y las disidencias en la sociedad, ¿ha tenido algún reflejo en la demanda de libros, de talleres, consultas en las Bibliotecas Populares?

-La perspectiva de género la incorporamos en CONABIP dentro del Programa Información Ciudadana en Bibliotecas populares, ya desde 2004. Desde entonces, las Bibliotecas Populares se han ido formando y desarrollando proyectos de difusión, sensibilización y concientización en materia de género y diversidad en cada rincón del país. Muchas optaron por crear Rincones de Lectura con perspectiva de género poniendo en valor sus colecciones de escritoras feministas e incluso algunas han desarrollado catálogos con perspectiva de género para compartir y difundir más allá de sus localidades.

El Programa Libro% ha acompañado estas demandas en crecimiento, dando lugar a compras de materiales con abordaje de género. Asimismo, se realizan cursos para los/ las promotores de derechos de las Bibliotecas Populares en articulación con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y ciclos de charlas con referentes destacados/as que incluyen recomendaciones lectoras.

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