Abrió la charla Valeria Rabal, animadora de lectura en Biblioteca Popular municipal Sala abierta de lectura, de Tandil (provincia de Buenos Aires) y coordinadora del proyecto Todos leemos, que se desarrolla en el Hospital Infantil de la misma ciudad. Rabal compartió el recorrido de Todos leemos, el proyecto que nació en 2008 cuando desde el hospital de niños recurrieron a la biblioteca para implementar una sala de lectura en la sala de espera de los consultorios externos. “Desde sus comienzos en 1989 nuestra institución sostiene que el acceso a los libros, la lectura y la literatura es un derecho y una responsabilidad que debe asumirse socialmente. De esta manera, partimos de la idea de ir en busca de los lectores en diferentes ámbitos, como el del hospital”, explicó Rabal sobre los fundamentos del proyecto, que comenzó con algunos voluntarios yendo unas pocas horas mensuales a la sala del hospital y luego fue creciendo hasta tener una biblioteca con 600 títulos y más de 50 voluntarios que acuden al hospital todas las semanas.
Rabal luego se refirió a las actividades que llevan adelante para fortalecer el proyecto. Entre ellas, destacó la labor que se realiza con los voluntarios desde la biblioteca para que éstos puedan dimensionar su rol como mediadores de lectura y descubrir lo significativo que puede ser para niñas, niños y familias el encuentro con la lectura, los libros y la literatura. Así, contó que desde la biblioteca invitan a los voluntarios a reflexionar sobre sus propios recorridos de lectura para rememorar situaciones que han quedado inscriptas en el cuerpo; y a pensar la literatura y las infancias para lograr que cada niño o niña pueda relacionarse con los libros y la lectura desde su propia experiencia. “Alentamos a los mediadores a confiar en las infancias lectoras y en ellos mismos”, contó la coordinadora de lectura.
Del otro lado del árbol es una Biblioteca Popular ubicada en el Parque Saavedra de la ciudad de La Plata. Se fundó hace diez años como homenaje a Pilar, la hija de Paula Kriscaustzky, actual coordinadora de la biblioteca, que perdió a su hija por una enfermedad. En la charla, Kriscaustzky narró parte de las iniciativas que lleva adelante la biblioteca, que desde sus inicios aboga por los derechos de las infancias. “Del otro del árbol nace como una propuesta de pensar en los pibes y las pibas más allá de las circunstancias y en ese primer derecho a la cultura accesible en el hospital, en la escuela, en la plaza, en el espacio público”, explicó. Así la coordinadora de la biblioteca contó que desde 2015, junto con otros organismos que trabajaban en espacios de salud elaboraron un proyecto que luego se convirtió en Ley Provincial para que a los niños y las niñas se los llamara por su nombre en los espacios de salud y no por su patología. También contó que desde la biblioteca trabajan para garantizar que esos niños y esas niñas puedan seguir jugando, cantando, pintando. “Sabemos que en la infancia lo primero es jugar. Nosotros tenemos la suerte de estar en una plaza, que de por sí invita a jugar —contó Kriscaustzky—En estos años armamos pequeños territorios mágicos para que los chicos cuando llegan a la biblioteca puedan encontrarse con distintas posibilidades. Pensamos en un lugar que invite a la imaginación y pensamos en un proyecto pedagógico para las escuelas, para que los niños puedan transitar la literatura a través del disfrute”
La coordinadora de El otro lado del árbol también contó que, inspirados en la idea de que el derecho a soñar es el motor para todas las cosas, en 2014 desde la biblioteca editaron el libro Que cada día sea mágico y lleno de sueños, con 40 ilustraciones de artistas que se inspiraron en sueños escritos por niños en un taller realizado en la biblioteca. “Las bibliotecas populares son lugares potentes, lugares maravillosos para alojar los sueños y en ese camino seguimos trabajando incansablemente”, explicó a modo de cierre de su exposición.
Como parte de la Biblioteca Popular Por Caminos de Libros, del barrio Ramón Carrillo, de Villa Soldati (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) la bibliotecaria María Inés Gómez contó la experiencia de trabajo que llevan adelante en la institución, que tiene como uno de sus ejes principales la literatura infantil. Así, Gómez propuso pensar las prácticas de mediación de lectura en el espacio de la biblioteca como actividades esenciales no solo para que los niños y las niñas lean más, sino fundamentalmente para propiciar márgenes de acción para ellos.
Así, la bibliotecaria leyó algunos registros de experiencias de juego y de lectura que se realizaron en la biblioteca y explicó cómo, a partir de la observación y la reflexión sobre esas prácticas comprendió que con esas actividades los niños y las niñas logran apropiarse del espacio, acercarse a la lectura, a los libros y a la propia biblioteca desde el juego y el disfrute. “Que esto suceda es una cuestión de justicia social y para mí es la felicidad infinita de trabajar ahí”, dijo al finalizar.
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