Al inicio de la gestión la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) trazó para el periodo 2020-2023 nuevos objetivos estratégicos, enfocados en generar acciones para fortalecer, adecuar y diversificar los servicios que las Bibliotecas Populares prestan en sus comunidades.
Para ello, se propuso afianzar y extender nuevas modalidades de lectura, sociabilidad y vinculación en red; incorporar soportes, equipamiento y capacitación, e impulsar estrategias digitales que propicien el ejercicio del derecho a leer, conocer, imaginar, crear y expresarse como ciudadanos.
Además, trabajó en fortalecer el rol de programador cultural y facilitador del entramado comunitario que vienen desarrollando eficazmente muchas de las Bibliotecas.
Para eso se diseñó un conjunto de acciones con el fin de mejorar la gestión del organismo, con instrumentos de avanzada que permitieran cumplimentar con los siguientes objetivos planteados:
● Facilitar la relación de las bibliotecas con la CONABIP y con el Estado en general a través de la digitalización completa de los procesos de gestión.
● Fortalecer las comisiones directivas de las Bibliotecas Populares, ayudando a los dirigentes socioculturales de las mismas a extender su capacidad de llegada a la comunidad.
● Avanzar en la producción de contenido de acceso digital y de compra de material bibliográfico.
● Promover fondos para la modificación y adecuación de las estructuras edilicias orientadas a la programación cultural.
● Dotar de equipamiento e incentivar la formación necesaria para aceptar los retos actuales y venideros en materia de derechos culturales.
Habiendo readecuado la gestión luego de la realidad post pandémica, llegó un nuevo desafío: el 21 de diciembre del año 2017, bajo el gobierno del entonces presidente Mauricio Macri, y en sintonía con su visión de la cultura y la educación, el Poder Ejecutivo impulsó y logró la sanción de la Ley 27.432, que mediante tres incisos del artículo 4 arrasó con un principio fundamental de lo que se entiende por una política de Estado virtuosa: la asignación específica de fondos para la cultura que había sido sostenida desde el regreso de la democracia. Se fijó así, el vencimiento de las asignaciones de estos fondos para diciembre de 2022.
Después de una lucha conjunta con todos los organismos afectados, se logró que el Poder Legislativo convirtió en ley la prórroga de 50 años de las asignaciones específicas para el financiamiento de la cultura, los medios comunitarios y las Bibliotecas Populares.
Además, el programa Libro % tuvo la primera edición presencial, después de dos ediciones a distancia y así como otros contenidos de la gestión siguieron en su versión online iniciada en pandemia, se produjeron más encuentros regionales presenciales que llevó a la Comisión a seguir trabajando con las Bibliotecas de todo el país para debatir y exponer las diferentes situaciones por las que atraviesan.
Además, este año se ha avanzado en materia de recuperación de la palabra y desarrollo de estrategias lectoras para incentivar la incorporación de nuevas generaciones lectoras y, así, adecuarnos a esas culturas emergentes. Seguimos, en paralelo, trabajando conjuntamente con escritoras y escritores, editoriales, provincias y Bibliotecas para que haya oportunidades de acceso para todos y todas, a través de las redes sociales, la plataforma virtual de capacitación, mediante los Recorridos Lectores y el andar de los Bibliomóviles que siguen surcando rutas para completar esa labor.
La CONABIP contó para este periodo con un presupuesto de $1.203.503.014 que contó con un 95% de ejecución.
Del total, $911.517.387 estuvieron destinados a subsidios de Bibliotecas Populares. Para subsidios gastos de funcionamiento de las Bibliotecas Populares se invirtieron $ 455.943.000 que alcanzaron a 947 Bibliotecas Populares. La cifra destinada a Subsidios, Programas y Proyectos fue de 455.574.387.
Para ver el informe completo hacé clic acá