36 años atrás, en un 14 mayo lluvioso como el del domingo que pasó, quedaba trunco uno de los proyectos de organización y desarrollo comunitario indigenista, más importante que tuvo la historia de nuestra provincia. El 14 de mayo de 1981 fue asesinado de dos tiros, en plena calle y a sangre fría, René James Sotelo, maestro e indigenista chaqueño. Por aquel entonces Sotelo era Director Provincial del Aborigen y trabajaba desde hacía diez años, en ese puesto, por la independencia y la autonomía de los pueblos originarios, por su educación, por la revalorización de las culturas -qom, moqoit, wichí- y por el cambio radical en las condiciones materiales de vida de aquellos pueblos que habían sido excluidos de todo tipo de justicia social . Sotelo trabajó incansablemente por la dignidad y la revalorización de los pueblos de nuestro territorio. Maestro de maestros, creía en la educación como herramienta para lograr la independencia económica, de pensamiento y sobre todo pensaba que la educación debía estar sustentada en los valores culturales de cada sector.Desde la Dirección del Aborigen, y como su director, encaró un proceso emancipador construido en base a las formas de organización cultural propias de cada pueblo. Buscaba revalorizar y promover la organización del sistema de vida de las distintas comunidades de la provincia, partiendo de sus propias lógicas culturales. Sotelo pensaba que el punto de partida estaba en las propias formas comunitarias y asambleístas, el modo de nombrarse a sí mismos, a los lugares en los que vivían en su lengua; a partir de ahí recién podrían integrarse. RECIBIR CULTURA MÁS QUE DAR CULTURA, DECÍA, ERA EL CONCEPTO DE INTEGRACIÓNEl domingo pasado el Museo Artesanal “René James Sotelo”, organizó una tarde de actividades en conmemoración de otro 14 de mayo. Desde las 17 se inició una quema de cacharros, en un horno pensado para el uso de los artesanos y realizado por ellos. Se plantó un árbol autóctono muy importante para la comunidad moqoit: el palo borracho. Se inauguró la muestra de fotos “Bienvenidos a Quitilipi” de Ariel Steinberg, y se expusieron artesanías del acervo del Museo.Luego se realizó un acto conmemorativo de Sotelo, en el cuál hablaron Héctor Rivero y Belén Álvarez, quienes fueron parte de la Asociación Amigos del Aborigen –creada por René Sotelo. Su hijo Julio Sotelo, como miembro de la familia y Nicolás Aguirre, quién además de ser nieto, es uno de los integrantes de la comisión del Museo Artesanal “René James Sotelo” organizadores del evento. Luego tuvo lugar la música, estuvieron el grupo “Los Quitilipeños”, que cantaron el himno a René Sotelo, con letra de Belén Álvarez y música de Juan Bobadilla. Y posteriormente el grupo Signos.El espíritu comunitario fue lo que permitió realizar la actividad, ya que estuvo acompañada de familiares, amigos y compañeros de ruta de René. Hoy su huella está viva en las acciones que cada uno de nosotros lleva adelante desde este colectivo.Queremos agradecer fundamentalmente a los artesanos Enrique José, Jonathan José, Vicencio Segundo, Sara Ortega y Francisco Ferrer, quienes son el alma de todo esto.Al Instituto de Cultura por su colaboración con la Carpa y por habernos prestado la muestra de fotos “Bienvenidos a Quitilipi” de Ariel Steimberg.Y a cada persona que se acerca y suma a nuestro diario trabajo por el reconocimiento y la revalorización de las culturas.
ACTO ANIVERSARIO FALLECIMIENTO RENÉ J. SOTELO
36 años atrás, en un 14 mayo lluvioso como el del domingo que pasó, quedaba trunco uno de los proyectos de organización y desarrollo comunitario indigenista, más importante que tuvo la historia de nuestra provincia. El 14 de mayo de 1981 fue asesinado de dos tiros, en plena calle y a sangre fría, René James Sotelo, maestro e indigenista chaqueño. Por aquel entonces Sotelo era Director Provincial del Aborigen y trabajaba desde hacía diez años, en ese puesto, por la independencia y la autonomía de los pueblos originarios, por su educación, por la revalorización de las culturas -qom, moqoit, wichí- y por el cambio radical en las condiciones materiales de vida de aquellos pueblos que habían sido excluidos de todo tipo de justicia social . Sotelo trabajó incansablemente por la dignidad y la revalorización de los pueblos de nuestro territorio. Maestro de maestros, creía en la educación como herramienta para lograr la independencia económica, de pensamiento y sobre todo pensaba que la educación debía estar sustentada en los valores culturales de cada sector.Desde la Dirección del Aborigen, y como su director, encaró un proceso emancipador construido en base a las formas de organización cultural propias de cada pueblo. Buscaba revalorizar y promover la organización del sistema de vida de las distintas comunidades de la provincia, partiendo de sus propias lógicas culturales. Sotelo pensaba que el punto de partida estaba en las propias formas comunitarias y asambleístas, el modo de nombrarse a sí mismos, a los lugares en los que vivían en su lengua; a partir de ahí recién podrían integrarse. RECIBIR CULTURA MÁS QUE DAR CULTURA, DECÍA, ERA EL CONCEPTO DE INTEGRACIÓNEl domingo pasado el Museo Artesanal “René James Sotelo”, organizó una tarde de actividades en conmemoración de otro 14 de mayo. Desde las 17 se inició una quema de cacharros, en un horno pensado para el uso de los artesanos y realizado por ellos. Se plantó un árbol autóctono muy importante para la comunidad moqoit: el palo borracho. Se inauguró la muestra de fotos “Bienvenidos a Quitilipi” de Ariel Steinberg, y se expusieron artesanías del acervo del Museo.Luego se realizó un acto conmemorativo de Sotelo, en el cuál hablaron Héctor Rivero y Belén Álvarez, quienes fueron parte de la Asociación Amigos del Aborigen –creada por René Sotelo. Su hijo Julio Sotelo, como miembro de la familia y Nicolás Aguirre, quién además de ser nieto, es uno de los integrantes de la comisión del Museo Artesanal “René James Sotelo” organizadores del evento. Luego tuvo lugar la música, estuvieron el grupo “Los Quitilipeños”, que cantaron el himno a René Sotelo, con letra de Belén Álvarez y música de Juan Bobadilla. Y posteriormente el grupo Signos.El espíritu comunitario fue lo que permitió realizar la actividad, ya que estuvo acompañada de familiares, amigos y compañeros de ruta de René. Hoy su huella está viva en las acciones que cada uno de nosotros lleva adelante desde este colectivo.Queremos agradecer fundamentalmente a los artesanos Enrique José, Jonathan José, Vicencio Segundo, Sara Ortega y Francisco Ferrer, quienes son el alma de todo esto.Al Instituto de Cultura por su colaboración con la Carpa y por habernos prestado la muestra de fotos “Bienvenidos a Quitilipi” de Ariel Steimberg.Y a cada persona que se acerca y suma a nuestro diario trabajo por el reconocimiento y la revalorización de las culturas.