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Sabés porqué en Paraguay es 16 de agosto es el Día del Niño?
por Prof. María Leticia Méndez
Sabes por qué recordamos el Día del Niño el 16 de agosto? En la batalla de Acosta Ñu, 3.500 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 hombres del ejército aliado en 1a Guerra contra la Triple Alianza, lo que se tiene como un acto de heroísmo sin igual. Por la masacre producida, se conmemora ese día como el “Día del Niño” en Paraguay.
Un poco de historia
Era en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza. El conde D’Eu y el ejército imperial de Brasil salieron con sus tropas hacia Acosta Ñu, en donde iba a librarse la batalla. Era el 16 de agosto de 1869.
Los paraguayos eran 4.500 hombres y algunos cañones; contaban solo con un batallón de veteranos, el 6º de Infantería; el resto eran niños y ancianos. A los niños se los disfrazó con barbas postizas. La caballería era escasa. Todos estaban al mando del general Bernardino Caballero.
Tras la larga lucha, hubo muchas bajas y con ellas una parte importante de la resistencia paraguaya. Solo quedaban niños y jinetes montados en escuálidos caballos.
En la batalla de Acosta Ñu, 3.500 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 hombres del ejército aliado. En memoria de aquel increíble suceso, donde tanta sangre inocente fue derramada, se recuerda el Día del Niño, honrando a tantos jóvenes mártires y exigiendo protección y respeto para todos los niños y niñas del Paraguay.
Cantemos hoy, con fervor:
“Acosta Ñu”
Allá en mi tierra bordeando el monte
se extiende el campo de Acosta Ñu,
llano florido que en su silencio
recuerda aquella Guerra Guasu.
Cruzan sus valles viejas trincheras
llenas de gloria tradicional,
como el setenta se alzan las sombras
de aquellos bravos del Paraguay.
Yo quisiera cantarte tu heroico pasado
la gran epopeya de un pueblo viril;
pedacito de tierra color de esperanza,
reliquia de gloria y honor guaraní.
Jukyry va surcando tu valle dormido,
fue el mudo testigo de tu kurusu
y en cien luchas tenaces, su cruel resistencia
pusieron los héroes de tu Acosta Ñu.
Pechos de acero y corazones
escalonaron py’a guasu
y hasta los niños su sangre joven
dieron en aras de Acosta Ñu.
Niños, ancianos, todos cayeron
al juramento de “¡Antes, morir!”;
solo una cosa quedó en su puesto:
la raza heroica del guaraní.
Federico Riera
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