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La Biblioteca Popular Guido y Spano se reunió formalmente el día 3 de marzo de 1920, sin embargo, en el siguiente encuentro la comisión fijó para el 12 de marzo la apertura provisoria de “esta Biblioteca Popular a fin de no entorpecer su alta acción” (sic), previendo para más adelante la apertura definitiva. Es en la tercera reunión, realizada el 14 de marzo de 1920, que se decide fijar el 25 de mayo de ese año como día de inauguración oficial, y a tal fin ordenan adquirir una placa enlozada para colocar en el frente de la sede social.
Sin embargo, la biblioteca tiene raíces más antiguas, ya que es el fruto de la fusión de otras dos instituciones la Sociedad Empleados de Comercio y la Biblioteca Centro Jóvenes Unidos.
Cuando hace dos años atrás hablábamos del centenario nos imaginábamos haciendo un acto acorde a la ocasión, a la importancia que tiene alcanzar cien años de vida para una institución como la Biblioteca, pero la realidad es otra y nos obliga a postergar actos y homenajes, necesarios y merecidos, para aquellos que a lo largo de la historia de este centro de cultura han entregado su tiempo, su esfuerzo, su espíritu para encontrarnos hoy haciendo esta mención.
La biblioteca nació de la inquietud de jóvenes de nuestra localidad movilizados por la necesidad de entregar a ese pueblo de Rauch en desarrollo un centro cultural que colaborara con el progreso intelectual de sus vecinos.
Rauch, recordemos, tiene ciento cuarenta y ocho años y que la biblioteca alcance los cien nos demuestra el espíritu de las generaciones fundacionales que en aquellos primeros años crearon los espacios necesarios para asegurar el desarrollo de esta ciudad.
Aquellos jóvenes que marcaron el destino de Rauch imprimieron en el ADN de nuestro partido la necesidad de crear, desarrollar y fortalecer instituciones que han demostrado a lo largo de esta historia el poder movilizador que tienen cuando trabajan en conjunto.
Hoy, cien años después, recordamos aquella fundación. Entendemos la importancia que esta ha tenido en el devenir histórico de nuestro Partido de Rauch, por ella han pasado generaciones de rauchenses, referentes culturales, políticos, sociales e intelectuales. Innumerable cantidad de jóvenes que transitaron y transitan para consultar el material y cumplir con las tareas encargadas por sus docentes. Niños que asistían a la hora del cuento. Actividades culturales como debates, charlas y muestras artísticas. El ya cincuentenario concurso literario “Letras en Rauch” y muchas otras actividades y propuestas que a lo largo de estos años se han realizado, con el objeto de fortalecer el acervo cultural de nuestra ciudad.
Pero, como en todo, no podrían alcanzarse los cien años sin el apoyo de los socios que desde siempre colaboran y participan con nuestra biblioteca. Las instituciones se nutren de personas y los socios de la biblioteca enaltecen su existencia.
Nuestra institución ha sido un faro para todos aquellos que buscan auxilio en la oscuridad, es la luz del conocimiento y el progreso que los fundadores regalaron a las generaciones futuras y es nuestra obligación proteger para quienes nos sucedan.
Los salones colmados de libros nos inundan de orgullo y nos exigen redoblar el esfuerzo para colaborar en el desarrollo intelectual de esta ciudad adaptándonos a los nuevos tiempos. El libro que ha debido actualizarse a las nuevas tecnologías nos obliga a repensar la forma en que la biblioteca interactúa con su entorno y en ese camino de irrupción y transformación no podemos contravenir nuestra identidad.
Un halo de tristeza nos abraza por, justamente, no poder abrazarnos en esta fecha tan importante para nosotros pero la certeza de que dicho momento llegara nos renueva el espíritu y nos alienta a continuar participando activamente de la biblioteca, la biblioteca del pueblo.
Cien años no se alcanzan todos los días, cien años son el resultado de conducta, coherencia y compromiso con una sociedad que, aun en su juventud, mostro la madurez necesaria para tener entre sus prioridades un centro de cultura como este.
Nombrar solo a unos pocos de los muchos integrantes que ha tenido esta institución pareciera injusto pero creemos necesario recordar a esos jóvenes pioneros que nos dieron la posibilidad de este festejo, aquellos que tuvieron la iniciativa fundacional, Domingo Blois, José Destefano, Arturo Tomasi, José Guaita, Virgilio Tomas, Pedro Sosa, Francisco del Prete, Tomás Falabella, Ángel Speranza, Juan Elicagaray y Próspero Provenzano.
Ya habrá tiempo para reconocimientos y festejos, hasta tanto ello suceda nos emocionamos a la distancia por poder ser parte de esta hermosa institución llamada Biblioteca Popular Guido y Spano.
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